La singularidad tecnológica fue formulada inicialmente en los años 1950 por John von Neumann, uno de los más brillantes matemáticos y científicos del siglo XX. Von Neumann mencionó el concepto en discusiones con el científico Stanislaw Ulam, quien lo documentó en sus escritos. En este contexto, von Neumann observó que los avances tecnológicos parecían acelerarse continuamente, llevando a lo que describió como un punto de transformación fundamental en la historia humana.
La formulación de von Neumann
Von Neumann describió este punto como un momento en el cual el progreso tecnológico cambiaría tan drásticamente la civilización que las normas y estructuras tradicionales de la humanidad ya no podrían mantenerse. Según Ulam, en un ensayo de 1958, von Neumann dijo:
"El avance de la tecnología está alcanzando un punto singular en la historia de la raza humana más allá del cual los asuntos humanos, tal como los conocemos, no podrían continuar."
Este concepto inicial de la singularidad no se centraba exclusivamente en la inteligencia artificial, como lo hace en enfoques modernos (como el de Ray Kurzweil), sino en el impacto disruptivo de la innovación tecnológica en todos los aspectos de la sociedad, desde la economía hasta la política, la ciencia y la vida diaria. La idea era que la humanidad estaba encaminándose hacia un horizonte impredecible.
Características principales de la formulación original
- Aceleración exponencial: Von Neumann observó que los avances científicos y tecnológicos no progresaban de manera lineal, sino que parecían acelerarse con el tiempo.
- Transformación de la sociedad: Imaginó un cambio estructural en la forma en que las sociedades humanas se organizan, debido a los efectos de la tecnología.
- Horizonte de imprevisibilidad: La singularidad representa un punto más allá del cual las capacidades actuales para predecir el futuro se vuelven ineficaces, debido al ritmo de cambio y la naturaleza disruptiva de los avances tecnológicos.
Conexión con la Singularidad Tecnológica Social
La formulación de von Neumann establece una base teórica importante para nuestro proyecto de singularidad tecnológica social, ya que su idea inicial de un cambio radical en las estructuras humanas puede extenderse al concepto de una conciencia global. Si bien von Neumann se centró en la aceleración del cambio tecnológico, nuestro enfoque añade la dimensión de la decisión consciente y colectiva para dirigir ese cambio hacia un propósito global y ético: la formación de un cerebro planetario que permita la coordinación global y una singularidad tecnológica centrada en lo social.
Esto implica que la singularidad no sería simplemente un fenómeno tecnológico, sino una transformación intencionada que abarque tanto a la humanidad como a las tecnologías que esta desarrolla.